lunes, 12 de octubre de 2009

Dejaste algo en mi...



Dejaste algo en mí,
me atormentas a diario,
te apoderaste de mi alma y
no te bastó con robarme el corazón.

Es un castigo dulce
que recibo con los brazos
abiertos, bella joven,
aún tu mirada me persigue
y tus labios me llaman.

Provocas la agonía de
este débil ser, ¡oh!
eres pecado, eres maldad y
tentación, tú, divina hermosura...

Ah! galerada del destino,
duele más saber que quizá,
jamás llegue a ser mía, pero
no ha salido de mi vida
y mis pálpitos acrecentados
imploran su aroma
de lirio hibernal.

Aún habita en mí,
no hay vuelta atrás, ni regreso...
musa, invasora, en mi ser
encendiste un fuego,
inextinguible y ardiente hoguera.

Pero de esa manera te deseo,
avituallas estos versos
contra toda mi voluntad,
persuasiva doncella, afliges
y alegras esta cruda existencia
con tu beldad.

Te anhelo así, inalcanzable,
mi Venus ataviada, la brizna de
locura nos rodea, nos posee, y
esta noche te recuerda
con la luna que mengua, sonriente
cómplice de mi secreto.



... Josèf...


2 comentarios:

Anónimo dijo...

hey men bien bacano que está todo men sigue para ver en qué evolucionas

Unknown dijo...

Niebla....