Puedes ver el rastro que dejo al deambular por tus calles,
ver mi rostro en cada punto ciego entre esta multitud,
encima de toda esta avalancha impersonal.
Calcula el número de pasos y murmullos,
las gentes y los genios,
recuerda que aquí estoy, haciendo bulto
ocupando espacios que tú crees,
no merezco, pero aquí estoy.
Ignorarme será inútil, no te lo hago fácil,
puedes ver mis manos, pero te repugnan
como también mi piel y mis aullidos…
observas como muero,
como tiemblan hasta mis vertebras del frio,
pero tú, aun respirando mi dolor,
te rehúsas a admitir que existo.
...Josèf…
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